sin que nadie reparara,
ha hallado la dura cara
del falso, que en el tumulto
logrando escurrir el bulto
y creyéndose un anónimo
ejerce como legítimo.
Trasmutado en un gran hombre,
sin que ninguno se asombre
desde el primero hasta el último.
Si contigo es un cordero
en masa es fiero león,
si en familia es un melón,
de incógnito un caballero
con bastón y con sombrero.
En las redes se destaca
y es en casa una petaca
que rellena de agrio vino
es un laxante dañino
que destapa la cloaca.
Cuando asoma a lo social
dice lo bien que lo hace
y en su trabajo deshace
siendo el más perjudicial.
Una doblez inmoral,
hipocresía evidente,
que lastima al inocente
y enaltece al mentiroso
convirtiéndose en famoso
por sus embustes frecuentes.
Para explicar el teorema
voy a contaros un cuento
que trata el mismo argumento,
y muestra el mismo problema.
Completando buen poema
que ya las viejas de antaño
recitaban todo el año
desde hace ya ni se sabe.
Seguro os darán la clave
de este triste desengaño:
Ya muchismo tiempo hace,
En un pueblo de Castilla
no hizo Dios la maravilla
de llover. Ni que amenace
una ligera tormenta.
La gente no estaba contenta
peligraban sus sembrados.
Los vecinos preocupados
tomaron la decisión
de sacar en procesión
a algún Santo ¡Sea alabado !
Los que en la iglesia moraban
eran duro pedernal
y nadie del personal
subirlos a hombros osaban.
Cura y beatas pensaban
en dar una solución
que zanjara la cuestión
y la sequía acabara,
sin que nadie se quebrara
los huesos en procesión.
La Santa Blanca Paloma
hizoles ver conclusión,
tomaron la decisión,
con la agudeza que asoma
sin licenciados de Roma,
de sacar forma a un madero,
para poder ir más ligero.
Entre los santos cristianos
eligieron los paisanos
San Pedro que es el primero.
Y compraron a Rufino
un árbol seco del huerto
sin uso, ya casi muerto.
Y pagaronle al vecino
como quiso ya el destino
de oro, catorce doblones,
doblando las comisiones
de Judas, por la traición
del Señor en la Pasión
en el huerto de oraciones.
Con el ciruelo anciano
llegaron al carpintero
que esculpió al Santo Portero
¡Acto de un buen cristiano!
Con las llaves en la mano
para que abriera la entrada
a la oración agobiada
de todos los concurrentes,
bien culpables o inocentes
de la sequía malvada.
Y de alhajas lo colmaron
bienes preciados y telas
por las calles y plazuelas
en hombros lo pasearon.
Todos juntos se sumaron
a la fiesta, a la plegaria
a verbena extraordinaria
que en el pueblo nunca hubo
villorrio que jamás tuvo
romería tan numeraria.
Ya pasa la comitiva
por casa de Don Rufino
El semblante purpurino
de San Pedro le cautiva.
Su figura tan altiva
le hace de pena llorar
hincado se pone a orar
con brazos altos en cruz
¡ Al ateo llegó la luz!
¡Silencio! ¡ qué empieza a hablar!:
Eres ciruelo cualquiera
y ahora santo coronado
no olvides que eres madera
y tu fruta no ha cuajado.
San Pedro aquí pasaste
con las barbas te disfrazas
que arrogante te criaste
en la huerta Calabazas
¡Quién te conoció, Ciruelo!
¡Hermoso y espiritual !
del pesebre de mi burro
eres hermano carnal.
En mi huerto te planté
con mi agua te regué
fruto no cogí de ti,
los milagros que tú hagas
que me los claven a mí.
Te lo digo de corazón...
quien te conoció ciruelo,
en el huerto de mi abuelo
¿cómo te tendrá devoción?
Aquí se acaba ya el cuento
aquí se acaba la historia
métanselo en la memoria
¡qué quede en su pensamiento
este bello documento!.
La tradición aconseja
terminar con moraleja
regalando un buen consejo
que en próximo verso dejo
de narración tan compleja.
Que ya te conozco mosco
aunque vistas colorao,
que aunque estes tu disfrazao
tu semblante torna fosco
ten seguro te conosco.
Que aunque parezcas un hombre
y el ignorante se asombre
te conozco bacalao
y aunque te muestres honrao
quien no te conozca que te compre.
©Giliblogheces
Basado en la obra recogida por Fernán Caballero
" Cuentos, adivinanzas y refranes populares "
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